Mecanismos de la patogenia bacteriana
Mecanismos de la patogenia bacteriana
Entrada y adherencia microbianas
Un microorganismo patógeno puede, en teoría, penetrar en el hospedador por cualquier parte. Por lo general, el tipo de enfermedad generada por determinado microbio suele ser consecuencia directa de su vía de acceso al organismo. Los sitios de entrada más comunes son las zonas del cuerpo que están en contacto con el ambiente, como las mucosas (en especial las de los aparatos respiratorio, digestivo y genitourinario) y la piel. Otras vías de acceso habituales son la ingestión, la inhalación y los contactos sexuales. Asimismo, pueden servir como puertas las lesiones de la piel (p. ej., cortes, mordeduras, quemaduras, traumatismos) y la inyección por vías naturales (es decir, transportadas por vectores) o artificiales (es decir, lesiones por agujas). Pocos microorganismos patógenos penetran a través de la piel íntegra, como ocurre con Schistosoma. La conjuntiva es la puerta de ingreso para determinados microorganismos patógenos oculares, que algunas veces se diseminan desde este sitio por vía sistémica.
El ingreso del microbio depende de la presencia de un conjunto de factores específicos que necesitan los microbios para poder persistir y proliferar en un tejido. La propagación fecal-oral a través del aparato digestivo requiere que el microorganismo posea una biología compatible con las necesidades de supervivencia en los diferentes ambientes del aparato digestivo (como el pH ácido del estómago y la concentración elevada de ácidos biliares en el intestino), así como en los alimentos y el agua contaminados fuera del hospedador. Los microorganismos que consiguen penetrar a través del aparato respiratorio son casi siempre aquéllos que sobreviven bien en las pequeñas gotitas de humedad que se generan al estornudar o toser. Los agentes patógenos que ingresan a través de las vías venéreas suelen sobrevivir mejor.
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